A estas horas yo debería de estar durmendo.
Son las tres con diez de la mañana y mi negocio abre a las siete y media, eso quiere decir que me quedan cuatro horas veinte minutos aproximadamente (digo aproximado porque no se que tiempo me tarde escribir este post)
Cuando uno pone un negocio, lo más complicado es sin duda el personal, después del personal la renta, luego, la materia prima y los gastos fijos, el sueldo asignado no es complicado, todo se resume a esto, el sueldo asignado a uno no existe.
Tenía más dinero cuando no trabajaba y ahora que trabajo ha nacido en mi una necesidad, una compulsión por el dinero, por ganarlo, por ahorrarlo, y por no dejar que gire, mi ente capitalista nació, dónde quedó el despreocupado, el ligero, el hombre desapegado. El trabajo ha matado una parte de mi.
Sigue aullando la noche aquí en Orizaba y cada segundo se crean anécdotas nuevas -vrg. uno de mis trabajadores, con dos días de laborar en el local se tuvo que ir al hospital por apendicitis, resulta que una de mis trabajadoras me quiere dar órdenes y otro pasa todo el tiempo en la tienda de junto buscando discos "piratas"- sigue transcurriendo el reloj y yo pienso que ya se me hizo tarde, tarde para qué, no lo se pero ya es tarde.
Saludos a mis queridos lectores.
síguenos contando las aventuras de la taquería. Un abrazo
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